n total de 17 empresas de los sectores de alimentos y moda dieron un paso en firme para conocer el impacto ambiental de sus procesos de producción y cadena de suministro. El propósito que persiguen es detener y revertir la huella contaminante de la industrialización en la biodiversidad, en la naturaleza y la salud.
El proyecto piloto está dirigido por Science Based Target Network (SBTN), una coalición global de ONG ambientales. La red ha alentado a las empresas a trabajar para lograr objetivos basados en la ciencia.
Las motivaciones iniciales del proyecto de compromiso se centran en las masas de agua dulce y los bosques, la tierra y la agricultura (FLAG). Pero se espera que en el futuro se den a conocer más objetivos centrados en recursos como el océano. La fijación de métodos y metas, brinda a las empresas la oportunidad de examinar, medir y divulgar el impacto que sus operaciones tienen en el medio ambiente y tomar medidas para reducirlo.
Al hacerlo, las empresas mejorarán la resiliencia de sus estrategias comerciales y mitigarán el riesgo. Al mismo tiempo que apoyarán directamente la biodiversidad, contribuyendo a la preservación y restauración de los ecosistemas naturales.
Un grupo inicial de diecisiete empresas globales, seleccionadas por su preparación y aplicabilidad, ya se están preparando para establecer sus primeros objetivos basados en la ciencia para la naturaleza este año.
Entre las empresas se encuentran AB InBev, la cervecera más grande del mundo. Alpro (parte de Danone), Bel, Carrefour, Corbion, GSK, H&M Group, Hindustan Zinc Limited, Holcim Group, Kering. Así como L’OCCITANE Group, LVMH, el gigante de alimentos y bebidas Nestlé, Suntory Holdings Limited, Tesco y UPM.
Varias empresas estadounidenses solicitaron participar en el programa, pero se descubrió que no alcanzaban el nivel de madurez necesario para incorporarlas, señaló SBTN. Los criterios de selección incluyeron preparación, representación e impacto en la naturaleza.
“Todas las empresas piloto tienen un impacto significativo en la naturaleza”, afirmó Erin Billman, directora ejecutiva de SBTN.
Las empresas que participan en el programa tienen su sede en 10 países de Europa y Asia. Pero dado que algunos de estos objetivos involucran múltiples partes de la cadena de suministro, se espera que su impacto se sienta en todas las áreas del mundo donde operan las empresas. “Anticipamos que una buena parte de su configuración de objetivos estará más distribuida geográficamente que eso”, señaló Billman.
Sostiene SBTN, en su actividad promotora, que el cambio climático se ha convertido en un foco clave de las estrategias de sustentabilidad de muchas empresas. Ahora existe evidencia científica clara de que el cero neto no es posible sin la naturaleza. Esta comprensión se produce en medio de una crisis natural sin precedentes. Impulsada por la explotación insostenible de los recursos y sistemas naturales de la Tierra.
La naturaleza es la columna vertebral del bienestar humano y la base de toda actividad económica. La interacción entre la naturaleza y el clima requiere una acción colectiva y unida para estabilizar el clima, preservar los recursos de agua dulce, regenerar la tierra, asegurar un océano saludable y proteger la biodiversidad. Esto debe hacerse de acuerdo con límites científicamente definidos y sobre una base socialmente equitativa.
Los alimentos altamente contaminantes
Mientras que el hambre y la seguridad alimentaria son dos problemáticas que han encendido alertas a nivel mundial, la producción desmedida de alimentos se muestra como la causa principal del desequilibrio ambiental en grandes proporciones.
Las emisiones de la industria alimentaria que más contaminan son provocadas por el cultivo de arroz, la deforestación para la agricultura y pastoreo, la digestión del ganado y otros animales. Así como la limpieza y transformación de tierras y producción y uso de fertilizantes.
La producción de alimentos de origen animal genera una enorme cantidad de emisiones de efecto invernadero, aproximadamente el 57% de las que se vinculan al sistema alimentario global. Entretanto, la producción de alimentos de origen vegetal para consumo humano genera el 29% de las emisiones contaminantes.
El 14% restante proviene de emisiones agrícolas derivadas de productos que no se utilizan como alimento o pienso (como, algodón o caucho).
Una de las empresas que ha mostrado interés en reducir el impacto ambiental es Nestlé. En 2020 activistas de Greenpeace denunciaron a la multinacional de no estar cumpliendo sus promesas de hacer que el 100 % de sus envases sean reciclables o reutilizables para 2025. E impulsando el uso de materiales compostables y biodegradables llamados polímeros.
Asimismo, en el sector de las bebidas aparecen como altamente generadoras de emisiones AB InBev y Suntory. Para determinar las marcas que más contribuyen a la contaminación de los envases, la organización Surfers Against Sewage recopiló datos en un evento llamado Million Mile Clean. La auditoría determinó en los primeros lugares a Coca-Cola, PepsiCo y AB InBev. Heineken llegó en sexto lugar. Carlsberg Group ocupó el octavo lugar y Suntory, que invirtió más de mil millones de dólares en un plan de sustentabilidad a principios de este año, fue noveno.
Datos encubiertos del sector fashion
La industria de la moda representa el 10% de las emisiones de carbono del mundo y es la segunda más contaminante del mundo. Pero en una sociedad cada vez más consciente del clima, intenta cada vez más presentarse como sostenible para atraer a los clientes.
Un gran objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, durante las últimas dos décadas, muchas marcas se han inscrito en un esquema llamado Carbon Disclosure Project (CDP). Un organismo independiente que otorga calificaciones por desempeño ambiental.
Sin embargo, The Guardian reveló cómo se oculta el impacto de la industria de la moda en el planeta. Gracias a la forma en que se calculan los puntajes, nombres conocidos como H&M y Nike pueden reclamar una disminución en las emisiones anuales de dióxido de carbono. Y recibir puntajes altos del CDP, a pesar de que sus emisiones reales aumentan.
Se trata de la letra pequeña. Estas marcas de moda informan sus emisiones globales brutas, pero se calculan contra los ingresos totales. Esto significa que siempre que sus emisiones aumenten menos que sus ingresos cada año, las emisiones totales se califican como una disminución. En el informe sobre el cambio climático de 2020 de Nike, se describe cómo “las emisiones aumentaron un 1 % año tras año. Esto se vio compensado por un crecimiento interanual del 7 % en los ingresos, lo que resultó en una caída de más del 5 % en las emisiones por ingresos en (año fiscal 2019)”.
A pesar del aumento de las emisiones, el CDP calificó a Nike con una A. Mientras H&M también informó aumentos de «emisiones globales brutas» en 2017 y 2018, pero debido a que esas emisiones aumentaron menos que los ingresos, reportó una disminución general. Y recibió una A cada año.